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Date:junio 17, 2019

FRAGMENTOS DE LUZ: Exploración del fotograma. Museo Picasso.

La exposición “Picasso, la mirada del fotógrafo” propone una inmersión en el universo de Pablo Picasso a través de la fotografía, un modo de expresión múltiple, puesto que produce imágenes tan diversas que llevan en ellas todas las facetas de un creador que es a la vez autor, modelo, testigo y espectador de su obra y de su vida.

En el marco de la exposición proponemos un trabajo creativo con la técnica del fotograma, partiendo de la exploración que se hace a la muestra de las incursiones picassianas y de varios fotógrafos en el uso de papeles fotosensibles para reinterpretar la luz. Proponemos seis sesiones, cada sesión estará enfocada a explorar un aspecto diferente del fotograma: El fotograma y el objeto, el fotograma y el decoupage, el fotograma y el vidrio, el fotograma y los acetatos, el Fotograma y la técnica mixta, el fotograma y el quimiograma.

Retazos e interpretaciones fotográficas es la última sala de la exposición donde podemos disfrutar de la colaboración artística de Picasso con un fotógrafo, tiene lugar a partir de 1953: se trata de André Villers, un joven a la veintena que hace cursos de fotografía mientras está hospitalizado en el sanatorio de Vallauris. Picasso le propone hacer una obra a cuatro manos, como ya había hecho con Dora Maar. A partir de unos recortes, Villers crea fotogramas mediante un procedimiento que consiste a disponer una forma/objeto cualquiera encima de un papel fotosensible e iluminarlo.

Así crearán centenares de figuras, habitadas por materias diversas, en un ir y venir entre recortes e interpretaciones fotográficas.

Un fotograma es una imagen fotográfica hecha sin cámara y que se ha obtenido poniendo objetos directamente sobre una superficie fotosensible, como por ejemplo el papel fotográfico, y exponiéndolo a la luz. El resultado es la imagen de una sombra negativa de tonos variados, según la transparencia de los objetos empleados. Las zonas del papel que no han recibido luz aparecen en blanco; las expuestas a través de objetos transparentes o semitransparents aparecen en gris.

Cómo todos los procesos fotográficos, los fotogramas necesitan luz, en este caso procedente de una bombilla, para insolar el papel fotográfico, trabajando en un laboratorio fotográfico improvisado en el Museo Picasso, que ha permitido a los participantes descubrir este proceso químico y tener la experiencia única del proceso de revelado en el laboratorio.

 

En homenaje a las obras finales de Matisse, los grandes recortes y collages de colores, Picasso entretuvo a sus nietos una tarde con máscaras de papel y rostros de animales, esta experiencia culminó años más tarde en la incursión que hizo Picasso al mundo de la fotografía: la poco conocida suite de “Diurnes”, en colaboración con André Villers, a pesar de que la fotografía formó parte también de su producción, el artista era mucho más conocido por sus extraordinarias pinturas, esculturas, grabados, litografías i cerámicas. Desde principio de los años cuarenta, había documentado la obra de su estudio y las configuraciones del bodegón de las cuales dibujó y pintó sus composiciones, pero fue a partir del año 1949, cuando el poder potencial de la fotografía como lenguaje artístico interesó al artista después de la visita a su estudio del asistente técnico Gjon Mili, que culminó con las imágenes actuales de Picasso dibujando con una ligera antorcha en una fotografía de larga exposición.

Picasso conocía André Villers antes de que los dos empezaran a experimentar con el medio fotográfico, y desarrollaron una estrecha relación de trabajo. Picasso dio a Villers la suya primera cámara Rolleiflex, puesto que la pareja jugaba con negativos y los efectos de la exposición fotográfica.

Inspirados por la belleza natural del paisaje provenzal local, las imágenes de “Diurnes” nacieron de la experimentación con el fotograma, sobreponiendo al papel fotográfico los recortes de papel de Picasso de faunas, cabras, formas y caras entremezcladas, con la voluntad de superponer, de que cada máscara aconteciera única, utilizando la fotografía como una forma natural de texturar y tonificar cada retrato mitológico.

El título “Diurnes”, se refería tanto a la fuente diaria de luz que permite al fotógrafo desarrollar sus imágenes como la del pintor para iluminar sus paisajes, una colaboración entre el artista y el mundo natural. Como respuesta a la serie de impresiones, el poeta y escritor francés Jacques Prévert produjo un guion semi-surrealista, que mostraba a las diversas criaturas de la serie como personajes hablantes en un extraño diálogo continuado para acompañar la publicación.

P. Picasso:”Diurnes:Le Garou i Le Corrigan-a-La-Dentelle”

P. Picasso: “Diurnes: LaChèvre au Grillag” a la izquierda y “Diurnes: La Chèvre ” a la derecha.

La fotografía artística sin cámara está asociada sobre todo a Man Ray y su exploración de rayogramas. Otros artistas que han experimentado con esta técnica son László Moholy Nagy, Christian Schad (que los denominaba “Schadographs”), Imogen Cunningham, como hizo también Pablo Picasso con el fotógrafo André Villers.

Hemos planteado una serie de talleres para experimentar esta técnica fotográfica con diferentes materiales y procesos, para ir profundizando y descubriendo sus posibilidades. Hemos concretado seis sesiones bajo los siguientes títulos:

1. El fotograma y el objeto

2. El fotograma y el decoupage

3. El fotograma y el vidrio

4. El fotograma y los acetatos

5. El fotograma y el quimiograma

6. El fotograma y la técnica mixta

Podéis ver algunas imágenes del taller y de los resultados: